Hablar en Amor: El Poder de
la Asertividad Cristiana
El
apóstol Pablo, en su carta a los Efesios, nos exhorta a “seguir la verdad en
amor” (Efesios 4:15). Esta frase sencilla encierra un principio fundamental
para la vida cristiana y para nuestras relaciones: decir la verdad con
claridad, pero siempre con amor. Dicho en términos contemporáneos, se trata de
practicar la asertividad, que es la capacidad de comunicarnos de manera
clara y firme, sin ser agresivos ni pasivos, sino respetuosos y empáticos.
La asertividad: entre la pasividad y la agresividad
La
asertividad es el equilibrio entre dos extremos:
- La pasividad, donde
callamos por miedo o complacencia, dejando de expresar lo que sentimos o
pensamos.
- La agresividad, donde
imponemos nuestra opinión de manera hiriente o desconsiderada.
El
creyente no está llamado ni a ceder siempre ni a imponerse con dureza, sino a
un camino más alto: hablar la verdad en amor. Así, la asertividad se
convierte en una expresión práctica de obediencia a la Palabra de Dios.
Comunicación efectiva: decir la verdad con claridad
Hablar en
amor no significa ocultar la verdad para evitar conflictos. Jesús mismo habló
con claridad en cada situación: confrontó al joven rico sobre su apego a las
riquezas, y corrigió a Pedro cuando pensó en términos humanos y no divinos. La
comunicación efectiva nos enseña a ser claros, directos y sinceros, sin
rodeos ni evasivas, porque la verdad libera (Juan 8:32).
Comunicación empática: decir la verdad con
compasión
Pero no
basta con hablar claro; también debemos hacerlo con empatía. Esto
significa ponernos en el lugar del otro, reconocer sus sentimientos y mostrar
sensibilidad. Jesús fue un modelo perfecto de empatía: al mismo tiempo que le
dijo a la samaritana la verdad sobre su vida, lo hizo de manera que ella se
sintió valorada y motivada a cambiar. La empatía hace que nuestras palabras no
sean espadas que hieren, sino bálsamos que restauran.
Hablar en amor transforma
Cuando
unimos efectividad y empatía, practicamos la verdadera
asertividad bíblica. Nuestras palabras se convierten en un medio de
edificación, no de destrucción. El resultado es que crecemos en madurez en
Cristo y ayudamos a otros a hacer lo mismo.
Pablo lo
resume magistralmente en Efesios 4:29:
“Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”
Beneficios de hablar en amor:
- Fortalece las relaciones
familiares y comunitarias.
- Evita resentimientos y malos
entendidos.
- Promueve un ambiente de
confianza y respeto.
- Refleja el carácter de
Cristo en nosotros.
Conclusión
El llamado
bíblico a hablar en amor nos invita a una comunicación asertiva,
efectiva y empática, donde la verdad no se oculta ni se impone, sino que se
comparte con amor para edificación. Cada palabra que pronunciamos tiene poder:
puede herir o puede sanar, puede dividir o puede unir. Por eso, la asertividad
cristiana no es solo una habilidad social, sino un acto de fe y obediencia al
Señor que nos llama a ser luz y ejemplo en medio del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario