Aquí tienes una encuesta que puedes usar para
reflexionar sobre tus propias tendencias hacia la sobreprotección como padre o
cuidador. Responde sinceramente a estas preguntas para evaluar si podrías estar
mostrando signos de sobreprotección:
Encuesta para Evaluar la Sobreprotección
Parental
1. ¿Te
sientes ansioso o preocupado con frecuencia acerca de la seguridad y el
bienestar de tu hijo/a?
· Sí
· No
· A
veces
2. ¿Intervienes
de inmediato cuando tu hijo/a enfrenta un problema o dificultad, en lugar de
permitirle intentar resolverlo por sí mismo/a?
· Sí
· No
· A
veces
3. ¿Sientes
la necesidad de supervisar de cerca las actividades y relaciones de tu hijo/a,
incluso cuando tienen la edad suficiente para hacerlo por sí mismos/as?
· Sí
· No
· A
veces
4. ¿Haces
la tarea o los proyectos escolares de tu hijo/a en su lugar?
· Sí
· No
· A
veces
5. ¿Intervienes
en las disputas o conflictos que tu hijo/a tiene con otros niños en lugar de
permitir que resuelvan los problemas por sí mismos?
· Sí
· No
· A
veces
6. ¿Estableces
reglas y límites muy estrictos que podrían parecer excesivos para la edad y el
desarrollo de tu hijo/a?
· Sí
· No
· A
veces
7. ¿Invades
el espacio personal y la privacidad de tu hijo/a revisando constantemente sus
pertenencias personales, como su teléfono o diario?
· Sí
· No
· A
veces
8. ¿Tomas
decisiones importantes por tu hijo/a incluso cuando él/ella es capaz de hacerlo
por sí mismo/a?
· Sí
· No
· A
veces
9. ¿Dudas
de las habilidades y decisiones de tu hijo/a con regularidad, lo que podría
afectar su autoestima?
· Sí
· No
· A
veces
10. ¿Has
programado la agenda de tu hijo/a con múltiples actividades y compromisos,
dejando poco tiempo para el juego libre y el tiempo de ocio?
· Sí
· No
· A
veces
Después de responder a estas preguntas, reflexiona
sobre tus respuestas y considera si hay patrones de sobreprotección que podrían
estar presentes en tu comportamiento como padre o cuidador. Si has respondido
"Sí" o "A veces" a varias de estas preguntas, podría ser
útil buscar apoyo o consejo para encontrar un equilibrio saludable entre la
protección y la promoción de la independencia de tu hijo/a.
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