Porque no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni a la inversa, árbol malo que produzca fruto bueno. Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Lucas 6:43-45 LBLA
El corazón es el motor de la vida, el árbol que es el que representa al ser humano, se nutre desde el corazón, (bíblicamente a este órgano se lo entiende por deseos, voluntad, pensamientos, sentimientos y emociones).
Ahora bien, la Palabra de Dios nos dice que podemos mirar al hombre interior y su estado, sus deseos y necesidades a través de sus frutos. Esta tarea le permitirá tomar conciencia de ese interior, de su voluntad y deseo, comprenderemos ¿qué es lo que está moviendo su vida?.
1. Dibuje un árbol, con raíces, tronco, copa y frutos
2. Al rededor de la copa responda las siguientes preguntas con palabras claves, ¿cómo me ve la gente?, ¿qué piensa de mi?, ¿qué sentimientos ha tenido en el último tiempo?, ¿escriba lo que frecuentemente oye de usted?.
3. En los frutos, escriba la cosecha que usted tiene, ¿qué sentimientos tiene frecuentemente?, ¿cómo la gente lo evalúa?
4. En el tallo escriba sus experiencias, ¿qué fortaleció o que debilitó su vida?
5. En las raíces responda lo siguiente: Pensando en la copa ¿de donde viene este comportamiento?, ¿hay algún patrón familiar?, ¿qué es lo que detona ira, tristeza o preocupación?. Piense en los estallidos mas grandes que ha tenido, medite la razón y escríbala.
Compártalo en la próxima cita.
Saludos
Dr. Fabrisio Ortiz F.
Psicólogo Clínico
Máster en Clínica Psicoanalítica
Consejero Bíblico
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