La Escucha Activa es una habilidad de comunicación esencial que requiere concentración y una respuesta adecuada al hablante. El proceso que se presenta en el diagrama sigue los siguientes pasos:
Elimina distracciones: Retira o ignora cualquier elemento que pueda desviar tu atención (como el teléfono móvil o ruidos externos) para enfocarte completamente en la otra persona.
Ajusta tu postura corporal hacia la apertura: Adopta un lenguaje corporal que demuestre interés y receptividad. Esto incluye mantener contacto visual, inclinarte ligeramente hacia adelante y evitar cruzar los brazos.
Escucha y haz sonidos de entender: Usa mínimos animadores o respuestas no verbales (como asentir con la cabeza, decir "ajá", "entiendo", "sí") para indicarle al hablante que estás siguiendo su mensaje.
Resume lo que te han dicho: Utiliza la paráfrasis para verificar tu comprensión. Repite brevemente, con tus propias palabras, los puntos clave que has escuchado.
No critiques o descalifiques: Abstente de juzgar, interrumpir con refutaciones o menospreciar los sentimientos o el mensaje del hablante. Mantén una actitud de aceptación y respeto.
Estos pasos te ayudan a asegurar que no solo oyes las palabras, sino que verdaderamente comprendes el mensaje y los sentimientos detrás de él.
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